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Lunes, 24 de octubre de 2011   |  Número 40
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PUBLICACIONES CIENTÍFICAS
JAVIER GARZÓN PUBLICA EN ‘NEUROPSYCHOPHARMACOLOGY’
Científicos del CSIC avanzan en el tratamiento del dolor neuropático
Descubren que este dolor de origen nervioso se sirve de un mecanismo molecular para bloquear la eficacia de opiáceos como la morfina

Redacción. Madrid
Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado el mecanismo molecular responsable de que los opiáceos, analgésicos de alta intensidad como la morfina, sean poco eficaces a la hora de tratar el dolor neuropático. El hallazgo, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, supone un paso más en la búsqueda de mejores tratamientos para controlar el dolor rebelde causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso.

Javier Garzón.

El dolor neuropático, que incapacita al que lo sufre para llevar una vida normal, persiste aún después de que la causa que lo originó haya desaparecido. Se caracteriza por un incremento de la sensación dolorosa ante estímulos agresivos y por aparecer incluso ante el tacto. “La eficacia se reduce hasta tres veces cuando se suministran opiáceos para tratar un dolor neuropático, algo que complica su uso clínico”, explica el investigador del CSIC en el Instituto Cajal Javier Garzón, líder del trabajo ‘The Mu‐opioid receptor and the NMDA receptor associate in PAG neurons: implications in pain control’.

Los científicos han encontrado en el sistema nervioso una asociación entre la proteína receptora NMDA, donde actúa el principal neurotransmisor del dolor, el glutamato, y la proteína receptora Mu, que constituye la puerta de entrada de los efectos analgésicos de los opiáceos. “Hemos visto que ambas proteínas receptoras están unidas en las vías nerviosas que transmiten la sensación del dolor. Cuando se activa el receptor NMDA, el glutamato se eleva considerablemente, lo que influye negativamente sobre la proteína Mu asociada a él. La capacidad analgésica de los opiáceos se reduce”, detalla Garzón.

Ante la poca eficacia de los opiáceos para tratar este tipo de dolor, en la clínica normalmente se recurre al bloqueo farmacológico del receptor NMDA. Sin embargo, este tratamiento paraliza otras funciones neurales, lo que llega a causar alucinaciones, somnolencia y coma. Según el investigador del CSIC, al demostrar la asociación entre los receptores NMDA y Mu se establecen nuevas bases para el diseño de fármacos “más selectivos y eficaces”. “La eficacia se lograría diseñando fármacos con dos sitios de unión que, tras unirse a Mu, bloquearan selectivamente al receptor NMDA asociado”, concluye Garzón.

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