Redacción. Sevilla
“La neurología andaluza es una especialidad en desarrollo, ya que no ha cumplido dos de sus objetivos principales: llegar a todos los hospitales y que todas las provincias cuenten con un hospital de referencia en las principales áreas de especialización neurológica”, ha apuntado Santiago Cousido, director de la Unidad de Gestión Clínica de Neurociencias del Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz) y presidente de la XXXIV Reunión Anual de la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN), que se ha celebrado recientemente en Cádiz.
Santiago Cousido y Guillermo Izquierdo, presidente de la SAN.
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“La primera meta sería extender su cobertura a todos los hospitales andaluces. Una de las peculiaridades de la atención neurológica en nuestra comunidad es que una buena parte de los llamados hospitales comarcales no cuentan con neurólogos en sus plantillas, ni siquiera como consultores”.
Según los últimos datos publicados por el SAS, “en Huelva de cada tres comarcales uno no tiene neurólogo; en Almería dos de tres no tienen; en Córdoba tres de cuatro no tienen; en Granada dos de cuatro no tienen; en Jaén tres de cuatro no tienen; en Málaga tres de seis no tienen, y en Sevilla dos de cinco no tienen”, ha apuntado el neurólogo de la SAN. “El caso concreto de la provincia de Cádiz, constituye un ejemplo de la excepción que confirma la regla, puesto que es la única en la que todos los hospitales de la red pública cuentan con neurólogos en sus plantillas”, ha indicado. “El Hospital Universitario Puerta del Mar dispone ya de consultas monográficas, con distinto grado de desarrollo funcional, algunas con un carácter referencial definido, en lo que concierne a la existencia de áreas de especial capacitación”, ha matizado Cousido.
“El segundo objetivo es compartido con otras comunidades españolas y es el conseguir que todas las provincias cuenten con, al menos, un hospital de referencia capaz de resolver autónomamente la atención neurológica de las patologías comprendidas en las principales áreas de especialización neurológica y que se resumen en: patología vascular o ictus, epilepsia, cefaleas, demencias, trastornos del movimiento, enfermedades desmielinizantes y enfermedades neuromusculares”, ha comentado.
Atención al ictus
El presidente de la XXXIV Reunión también ha hecho alusión a las preocupaciones actuales de la SAN, destacando que “fundamentalmente les preocupa conseguir que la implantación del Plan Andaluz de Atención al Ictus sea concordante con el desarrollo que se está produciendo en otras comunidades del Estado español”.
“La trombolisis intravenosa con rTPA es el único tratamiento farmacológico que se ha demostrado útil en el ictus isquémico agudo para reducir la incapacidad resultante, con el riesgo de provocar hemorragias, especialmente intracraneales y en relación con el área cerebral infartada”, ha explicado José Maestre. Según los datos de incidencia, “en Andalucía cada año se producen alrededor de 16.000 ictus, de los cuales entre un 10 y un 15 por ciento son candidatos para ser tratados con trombolisis intravenosa. Sin embargo, sólo uno de estos pacientes recibe dicho tratamiento”, ha detallado el especialista.
José Maestre.
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“Su uso en España está regulado por la ficha técnica del producto, que coincide con los criterios de inclusión y exclusión que se aplicaron en el registro europeo SITS-MOST, cuyo desarrollo fue una exigencia de le Agencia Europea del Medicamento para aprobar el uso clínico. Lo restrictivo de estos criterios junto a deficiencias de infraestructuras asistenciales hace que sean relativamente pocos los placientes con ictus que reciben dicho tratamiento”, ha indicado el neurólogo de la SAN.
Algunos pacientes con ictus isquémico que no son candidatos a la trombolisis intravenosa, o que no responden a ésta, pueden aun beneficiase del tratamiento por vía endovascular, todavía en fase de evaluación, pero con resultados muy alentadores. “La implantación de esta forma de tratamiento supone un reto para los sistemas sanitarios, ya que la magnitud de los recursos necesarios hace precisa una monitorización de los resultados y una evaluación estrecha de su coste-eficiencia. Los registros, como el SITS (Safe Implementation of Treatment in Stroke), aun activo y ampliado para los tratamientos endovasculares, pueden ser una herramienta útil en este sentido”.
Otro de los temas que se han debatido es “la implantación de las unidades de ictus, que es insuficiente y, sobre todo, desigual”, según ha apuntado Jaime Masjuán, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “Sólo se cuenta con ellas en el 48 por ciento de las provincias. Esta situación es especialmente llamativa en comunidades como Andalucía, que solo cuenta con unidades de ictus en dos de las ocho provincias; Castilla-La Mancha y Galicia, que solo disponen de una, o en La Rioja, que no posee ninguna”.
Nuevas alternativas terapéuticas para la esclerosis múltiple
“La esclerosis múltiple tiene en España una incidencia anual de entre tres y cinco casos por 100.000 habitantes y una prevalencia de al menos 80 casos por 100.000 habitantes, de forma tal que, en nuestro país, sufren la enfermedad entre 35.000 y 40.000 personas y es la enfermedad neurológica crónica invalidante más frecuente en adultos jóvenes”, ha explicado Óscar Fernández.
“En el momento actual pueden distinguirse varias líneas terapéuticas. En la primera están los inmunomoduladores (interferón beta, acetato de glatirámero, inmunoglobulina G intravenosa y plasmaféresis). Se ha concluido un estudio recientemente, tras el primer episodio clínico de la enfermedad, que demuestra la utilidad del IFNB-1ª sc una o tres veces por semana, lo que permitirá ampliar el abanico de dosis disponibles para tratar a los pacientes desde el principio de la enfermedad. La eficacia es mucho mayor cuanto antes se inicie el tratamiento”.
Óscar Fernández.
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“En la segunda línea están los inmunosupresores, tanto registrados (natalizumab, mitoxantrona, azatioprina) como no registrados (metotrexato, ciclofosfamida). Recientemente se ha descrito una determinación analítica que permite el empleo con seguridad de natalizumab, fármaco muy eficaz, lo que contribuirá a mejorar el tratamiento de la esclerosis múltiple de inmediato. En la tercera línea se localizan la terapia combinada y el trasplante autólogo de médula ósea, que puede emplearse en la clínica en casos de mala evolución, cuando hayan fracasado los demás tratamientos”, ha continuado Fernández.
Por último, en la cuarta línea, están las terapias menos desarrolladas: la neuroprotección y la terapia con células madre, de las que se desconocen tanto la eficacia como la toxicidad, por lo que deben considerarse, a día de hoy, tratamientos meramente experimentales.
“Recientemente, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha aprobado el fingolimod para su utilización como fármaco de segunda línea, que supondrá una importante innovación, al tratarse del primer fármaco moderno por vía oral y presentar datos de eficacia y seguridad muy notables”. Sobre este tema ha hablado también Guillermo Izquierdo, quien ha asegurado que “este tratamiento ha demostrado una eficacia superior a los inmunomoduladores convencionales, con un perfil de seguridad muy bueno a corto-medio plazo”.
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