Sandra Melgarejo. Madrid
Recientemente se ha celebrado en Copenhague (Dinamarca) el 29º Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación de la Esclerosis Múltiple (Ectrims), una cita cada vez más multitudinaria y con una alta participación de especialistas españoles. Óscar Fernández, director del Instituto de Neurociencias Clínicas del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga y uno de los más destacados especialistas en esclerosis múltiple de nuestro país, ha asistido a la capital danesa a conocer y presentar nuevos avances en la enfermedad.
¿Cómo ha sido la participación de la Neurología española en el Ectrims 2013?
Óscar Fernández.
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Ha habido una participación española bastante importante. Es un congreso muy grande, al que han acudido casi 8.000 personas, entre ellas varios cientos de españoles. Este es casi el congreso mundial de esclerosis múltiple porque viene gente de todas partes, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Asia… La participación de especialistas de nuestro país cada vez es más importante. Hay una serie de grupos de Barcelona, Madrid, Málaga, País Vasco, Valencia, etc., que ya presentan trabajos en todos los congresos internacionales, al máximo nivel. Nuestra participación ya no es una cuestión puntual, en todos los congresos internacionales hay una buena representación española, equiparable a la de cualquier país europeo.
¿Qué destacaría de los contenidos presentados en el congreso?
Han sido muy diversos porque se tratan todos los temas relacionados con la esclerosis múltiple, desde la genética hasta el tratamiento. Pero quizá destacaría dos aspectos de los que se ha hablado mucho: la importancia del tratamiento precoz y la posible prevención de la enfermedad. Esto último es muy interesante porque cada vez hay más datos epidemiológicos que apoyan que algunos factores ambientales podrían tener que ver con el aumento de la frecuencia de esta enfermedad. Uno de ellos es el déficit de vitamina D de la población, que haría que aumenten las enfermedades autoinmunes y, entre ellas, la esclerosis múltiple. Si eso es así, se ha planteado incluso la posibilidad de hacer terapias preventivas a nivel poblacional para aumentar la ingesta de vitamina D para que, en un futuro, estas enfermedades disminuyan.
Otro aspecto destacable es que siempre se presentan nuevos fármacos. Por ejemplo, se han presentado los resultados del interferón pegilado, un fármaco muy interesante porque permite tratar a muchos pacientes con una dosis subcutánea cada dos semanas. También se han presentado datos de otros fármacos que van a salir al mercado, como teriflunomida o alemtuzumab. Todo ello hace que cada vez tengamos más fármacos para tratar la enfermedad.
¿En qué fase de desarrollo se encuentra el interferón pegilado?
Está en una fase muy avanzada. Se han presentado los datos de un estudio amplio en fase 3 con cientos de pacientes que demuestran que la administración subcutánea cada dos semanas tendría el mismo efecto que los interferones que administramos en la actualidad una, tres o cuatro veces a la semana. Esto es muy interesante desde el punto de vista de la tolerabilidad y de la conveniencia para el paciente.
¿Cuándo se prevé que podría estar disponible en el arsenal terapéutico?
Desde que se presentan los datos hasta que las autoridades reguladoras lo aprueban, suele pasar un año o año y medio, dos como máximo.
El fármaco que sí que está a punto de ser aprobado es el dimetilfumarato…
Sí, también se han presentado más datos. Es un fármaco extraordinario que tiene unos resultados muy buenos, tanto en reducción de brotes y de la progresión de la discapacidad como en resonancia magnética. Ya está aprobado por la Agencia Europea del Médicamento (EMA) y estamos esperando que las autoridades españolas fijen el precio y salga al mercado. Todavía tardará unos meses, pero seguramente en junio de 2014 ya esté en el mercado, o esperemos que antes. Los neurólogos y los pacientes lo estamos esperando porque tiene un perfil de seguridad muy bueno y la eficacia también es muy buena.
¿Ya tiene experiencia con este fármaco?
Sí, en el Instituto de Neurociencias Clínicas del Carlos Haya hemos participado en los ensayos clínicos. En el 20 o 30 por ciento de los pacientes produce algunas molestias gástricas o de enrojecimiento en las primeras dosis, pero estamos aprendiendo a evitarlo. Los demás lo toleran muy bien y es un fármaco completamente seguro y eficaz, que es lo más importante.
¿Se ha presentado alguna novedad para las formas progresivas de la esclerosis múltiple?
En lo que se está avanzando es en el conocimiento de esta fase progresiva de la enfermedad. Es posible de que, antes de que salgan tratamientos, tengamos que tener un mejor conocimiento de qué es lo que ocurre en esta fase de la enfermedad. Y en esto sí que se está avanzando. Se sabe que hay disfunción mitocondrial, citotoxicidad, cúmulo de hierro… Cada vez se van aportando más datos desde la investigación básica, desde la neuropatología y desde la neurorradiología. Tener mejores conocimientos sobre qué cosas están alteradas en estas fases progresivas hará posible que se puedan desarrollar nuevos fármacos, pero todavía no hay tratamientos específicos para estas formas de la enfermedad.
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