Redacción. Madrid
Es la segunda causa de consulta en los servicios de Reumatología pero cada vez es más común que personas que padecen cuadros de fibromialgia comiencen a ser derivadas a los servicios de Neurología, no sólo por su frecuente asociación con la migraña u otro tipo de cefaleas (en el 80 por ciento de los casos), trastornos del sueño (93 por ciento) o problemas de memoria (89 por ciento), sino porque se cree que está producida por cambios funcionales en el sistema nervioso central de los pacientes.
José Mª Gómez Argüelles.
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El 12 de mayo se ha conmemorado el Día Internacional de la Fibromialgia y de la Fatiga Crónica. La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que entre un dos y un tres por ciento de la población española podría padecer fibromialgia, un grupo de síntomas y signos –el más característico es la presencia de dolor diseminado y/o dolor a la presión en determinadas zonas del cuerpo- y que se caracteriza principalmente, además de por dolor persistente, por fatiga extrema y alteraciones del sueño, afectando muy seriamente a la calidad de vida de los pacientes. El inicio de los primeros síntomas suele situarse entre los 20 y 40 años de edad y hay claramente un predominio femenino: entre un tres y un seis por ciento de las españolas podrían padecen fibromialgia.
“Las repercusiones personales, familiares y sociales de la fibromialgia son muy importantes, por la discapacidad que genera, por el número de pacientes que la sufren y los que aún están sin diagnosticar, y por la ausencia de una terapia efectiva en muchos de los casos”, señala José Mª Gómez Argüelles, coordinador del Comité ad-hoc para el Estudio de la Fibromialgia de la SEN. “Por lo tanto, es deseable no solo un aumento de la investigación en este campo, sino avanzar en el diagnóstico y abordaje de esta enfermedades”. Y es que, no sólo se estima que tres de cada cuatro pacientes con cuadros de fibromialgia está sin diagnosticar, sino que el 48 por ciento de los pacientes padecen una discapacidad moderada o severa, un 10 por ciento discapacidad muy severa y un 20 por ciento afirma no poder ir a trabajar nunca o sólo algunos días.
“Cuando un paciente con fibromialgia acude a la consulta de un neurólogo, generalmente, ya ha visitado a múltiples especialistas que han tratado de buscar soluciones a sus síntomas. Diagnosticar la fibromialgia sigue siendo complicado ya que no existe ninguna prueba de laboratorio o radiológica para esta enfermedad, pero esto también ocurre en otras patologías neurológicas, como por ejemplo la migraña. Existe aún mucho desconocimiento de estas patologías y muchos de los síntomas son comunes de otras enfermedades”, explica Gómez Argüelles. Además, todavía existen muchas incógnitas sobre cuál puede ser el origen de la fibromialgia. “La mayoría de los estudios recientes apuntan a que ocurre una disfunción del procesamiento de la señal dolorosa en el sistema nervioso central. Es como si se amplificase cualquier estímulo en el cerebro de estas personas, de ahí que se encuadre esta patología dentro de lo que ahora se denominan síndromes de sensibilización central, donde también entrarían cuadros como el síndrome de fatiga crónica o el síndrome del intestino irritable”, comenta Gómez Argüelles.
El tratamiento de la fibromialgia tiene que abordarse de forma individualizada, ya que aunque actualmente no existe ningún tipo de terapia que consiga eliminar la enfermedad, sí que se pueden llevar a cabo medidas para mejorar los cuadros de dolor y tratar muchos de los problemas asociados a esta dolencia. “Los pacientes con fibromialgia no experimentan de igual forma la enfermedad. Existen distintos grados y una amplia variedad de problemas asociados que hay que intentar tratar: con fármacos que modulen el sistema nervioso central, ejercicio o psicoterapia”, concluye Gómez Argüelles. “Lo que está claro es que los analgésicos convencionales, que suelen ser la primera opción terapéutica, no son eficaces“.
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