Sandra Melgarejo / Imagen: Pablo Eguizábal
El Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid ha acogido la VI Jornada Esclerosis Múltiple y Sociedad, una cita que “sirve para ampliar la información que se da a los pacientes en las consultas”, según ha explicado José Carlos Álvarez Cermeño, director científico de la jornada y coordinador de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología del centro.
El neurólogo Javier Olascoaga Urtaza, coordinador de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Universitario Donostia, ha hablado sobre la comunicación del diagnóstico, una habilidad que los médicos adquieren de manera “autodidacta”. “Ayudar al paciente a manifestar sus temores y dudas disminuye su desconcierto tras conocer el diagnóstico”, ha afirmado Olascoaga, quien ha destacado que lo fundamental es “escuchar y empatizar, y priorizar los objetivos”.
“El diagnóstico de la esclerosis múltiple no plantea grandes dificultades, pero sí la comunicación del diagnóstico, que puede generar problemas en la relación médico-paciente”, ha indicado. El especialista ha señalado algunas pautas básicas que mejoran la comunicación: focalizar la atención en el paciente y no en otras tareas, como tomar notas sin mirarle; no interrumpirle; atender a sus preguntas; crear un ambiente de conversación propicio; y empatizar con él.
“El paciente vive el diagnóstico con incertidumbre, apatía, miedo, frustración… Siente que amenaza a su autonomía y que le marca socialmente”, ha comentado el neurólogo. Olascoaga ha clasificado a los pacientes en cuatro categorías: para conseguir una buena comunicación con los primeros, los pacientes neurófilos, ha recomendado “escuchar, empatizar y pedirles corresponsabilidad”; el segundo grupo es el de los pacientes buscadores de información, con los que “no hay que adoptar posturas defensivas” y hay que “ayudarles a que busquen información válida”; otro grupo es el de los pacientes pesimistas, a los que “hay que dar tiempo para que hagan su duelo particular” y ayudarles a “definir actitudes positivas”; el último tipo son los pacientes carpe diem, para quienes Olascoaga ha aconsejado “valorar su actitud positiva, pero dejarles claro la importancia que tiene la enfermedad”.
Obstáculos para la comunicación
José María Prieto González, del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, ha identificado algunas situaciones que obstaculizan la comunicación médico-paciente: el exceso de burocratización; la participación de terceros en la toma de decisiones clínicas, por encima del médico y del paciente; y cambiar de médico al paciente en el curso de su hospitalización. “El paciente requiere ser tratado como un ser humano que sufre, no como un caso clínico”, ha recalcado Prieto.
A la izquierda, José Carlos Álvarez Cermeño y Javier Maldonado González, director gerente del Hospital Universitario Ramón y Cajal. En el centro, Wadih Bowakin Dib, del Servicio de Neurología del Hospital Río Ortega de Valladolid, quien ha moderado la mesa en la que han participado José María Prieto González (foto de la derecha) y Javier Olascoaga Urtaza.
|
|