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Lunes, 29 de octubre de 2012   |  Número 63
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ACTUALIDAD
ES EL OCTAVO DIAGNÓSTICO MÁS FRECUENTE EN LOS SERVICIOS DE NEUROLOGÍA
Estudiar el dolor neuropático podría abrir nuevas vías en otras enfermedades neurológicas
Más de 300.000 personas lo sufren de forma crónica en España y se estima que el número de pacientes aumentará en los próximos años

Redacción. Madrid
Con motivo de la conmemoración del Día Mundial contra el Dolor, el 17 de octubre, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha destacado la importancia de seguir dedicando recursos al estudio del dolor neuropático, no sólo porque se trata de un conjunto de patologías muy prevalentes sino porque se estima que, en los próximos años, el número de pacientes irá en aumento por el progresivo envejecimiento de la población y a su asociación con las enfermedades degenerativas. Además, la SEN ha recordado que su estudio exhaustivo podría abrir nuevas vías de investigación de otras enfermedades neurológicas al permitir conocer con mayor profundidad cómo funciona nuestro sistema nervioso. En España, el ocho por ciento de los pacientes que acuden al neurólogo sufren dolor neuropático. Es el octavo diagnóstico en orden de frecuencia de los servicios de Neurología.

Carlos Martín Estefanía.

“El dolor neuropático es aquel que se produce como consecuencia de una lesión del sistema somatosensorial. Como tal, es el reflejo de una enfermedad neurológica subyacente como infartos cerebrales, esclerosis múltiple, polineuropatías, etc. Los síntomas que aquejan los pacientes son muy variables, siendo muy común la aparición simultanea de falta de sensibilidad (acorchamiento) junto con síntomas dolorosos tales como sensación de corriente eléctrica, quemazón o incluso presencia de dolor ante estímulos que normalmente no son dolorosos, como el roce de una sábana o una caricia”, explica Carlos Martín Estefanía, coordinador del Grupo de estudio de Dolor Neuropático de la SEN, quien estima que entre un siete y un ocho por ciento de la población española sufre dolor neuropático crónico. Además, el 85 por ciento de los pacientes que lo sufren presentan un deterioro significativo en su calidad de vida: el cuadro de dolor neuropático dura más de 12 meses en más del 65 por ciento de los pacientes. Además, en un 63 por ciento de los casos, está asociado a cuadros de ansiedad y en un 56 por ciento a depresión.

“Una característica muy relevante del dolor neuropático crónico, es la gran afectación que produce sobre la calidad de vida del paciente con aparición de alteraciones del sueño, sintomatología ansioso-depresiva y la subsiguiente merma en el ámbito laboral y social del paciente”, asegura Martín Estefanía. Por esa razón y porque la percepción del dolor, por parte del sistema nervioso, es un proceso dinámico en el que las modificaciones fisiopatológicas inicialmente localizadas en el sistema nervioso periférico pueden inducir cambios plásticos en la médula y en las estructuras subcorticales y corticales del cerebro, su tratamiento debe ser precoz. “Una correcta evaluación del paciente, que nos permita diagnosticarle de forma temprana, nos facilitará poder determinar su tratamiento específico. Algo básico para mejorar la calidad de vida de estos pacientes y evitar que posibles complicaciones dificulten el tratamiento o que lo hagan ineficaz”, señala el neurólogo.

A diferencia de otros tipos de dolor, el neuropático no responde a los fármacos más comúnmente utilizados para el tratamiento del dolor (los antiinflamatorios) y por ello se emplean otros grupos farmacológicos, siendo el más utilizado el de los neuromoduladores. Este grupo lo constituyen fármacos que se utilizan habitualmente para otras afecciones del sistema nervioso como pueden ser la epilepsia o la depresión. En el tratamiento del dolor neuropático también pueden utilizarse anestésicos y derivados opioides que nos ofrecen además la posibilidad de diferentes vías de administración (vía oral, en forma de parches, intravenosa). En casos muy seleccionados podrá recurrirse a medidas intervencionistas como la radiofrecuencia, los bloqueos nerviosos, etc.

En el momento actual, el dolor neuropático crónico constituye “un reto diagnóstico y terapéutico para toda la comunidad médica”, explica Martín Estefanía. ”No obstante, en los últimos años se está produciendo un gran avance en el conocimiento de la fisiopatología del dolor neuropático y se están desarrollando nuevas moléculas más específicas para el tratamiento de esta entidad”.

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