Redacción. Oviedo
El director del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Creu i de Sant Pau de Barcelona, Rafael Blesa, y el director del Área de Gestión Clínica de Neurociencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Julio Pascual, han afirmado que las investigaciones sobre la enfermedad de Alzheimer están permitiendo ya realizar diagnósticos 15 o 20 años antes de que se evidencien los síntomas.
Rafael Blesa.
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Durante la conferencia ‘La enfermedad de Alzheimer, una pregunta que nos hacemos todos’, Blesa ha señalado que estas detecciones precoces se realizan sobre personas que tienen una vida normal sin síntomas claros de la enfermedad, aunque sí tienen indicios. “Ese es el reto y esa es la esperanza”, ha afirmado, al tiempo que ha pronosticado que, con los años, se irá reduciendo el número de pacientes de una enfermedad de la que se detecta un caso cada siete segundos en el mundo. “Dentro de 20 años los pacientes seguirán existiendo, lo que se espera es que se mejoren el diagnóstico y el tratamiento para evitar el desarrollo y lograr que en el futuro no haya más pacientes”, ha apuntado.
En cuanto a la situación de la enfermedad en Asturias, Julio Pascual ha estimado en unos 20.000 los pacientes de alzheimer, al tiempo que ha recordado que es una patología directamente relacionada con la edad avanzada, por lo que su incidencia es alta en una comunidad envejecida como el Principado.
Signos de prevención
Para poder hacer un diagnóstico precoz es importante que el paciente, y especialmente su entorno, no banalice los fallos de memoria reiterados de los que no se tiene consciencia, ha destacado Blesa. Así, ha comentado que los signos de esta enfermedad están relacionados con los citados fallos de memoria, cambios en la personalidad y la conducta, y dificultades para expresarse como antes.
Blesa ha indicado que, actualmente, no existen tratamientos ajenos a la farmacología, y los que existentes son sólo sintomáticos. No obstante, ha explicado que se está trabajando en ensayos clínicos para la detección de fallos en la actividad neuronal y en tratamientos farmacológicos para combatir a las proteínas amiloides. “Si se puede atajar esto, puede haber mejoras”, ha afirmado.
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