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Lunes, 21 de marzo de 2011   |  Número 27
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en primera persona
DIEGO GARCÍA-BORREGUERO, PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DEL SUEÑO
“Hay que implicar a la Primaria en el manejo del síndrome de piernas inquietas”
Afirma que nuestro país necesita más unidades y más especialistas en patologías del sueño

Sandra Melgarejo / Imagen: Pablo Eguizabal. Madrid
Como presidente de la Sociedad Española del Sueño, el neurólogo Diego García-Borreguero trabaja para impulsar la Medicina del Sueño en nuestro país y desarrollar la investigación en este ámbito. Desde el Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid, que también dirige, estudia el síndrome de piernas inquietas, una patología neurológica que afecta a entre el tres y el cinco por ciento de la población adulta. Este experto reclama una mayor formación del médico de familia en la atención a estos pacientes y más unidades especializadas del sueño para poder ofrecer una atención multidisciplinar de calidad a los afectados.

García-Borreguero habla sobre las entidades que dirige.

¿Cuál es la labor de la Sociedad Española del Sueño?

Es una sociedad científica multidisciplinaria que agrupa a médicos de diversas especialidades que tienen algún tipo de relación con la patología del sueño. Es multidisciplinaria porque en España y en la mayor parte de los países occidentales las personas que trabajan en el área del sueño tienen orígenes muy diversos en cuanto a formación. Hay neumólogos, neurofisiólogos, neurólogos, psiquiatras, otorrinolaringólogos, médicos de Atención Primaria… Especialidades muy diversas que se dedican al estudio del sueño en general, quizá con mayor interés en alguna patología concreta. Hay sociedades así en prácticamente todos los países desarrollados. Es una sociedad de sociedades, porque muchos también participamos en otras sociedades, en mi caso, en la Sociedad Española de Neurología (SEN).

También es director del Instituto de Investigaciones del Sueño de Madrid, ¿qué funciones tiene este instituto?

Tenemos dos funciones fundamentales. Una es la investigación en patologías del sueño, siendo el síndrome de piernas inquietas nuestra área de estudio principal. La otra es de tipo asistencial, en la que ofrecemos diagnóstico y tratamiento a pacientes con diversos tipos de patologías del sueño.

¿Qué particularidades tiene el síndrome de piernas inquietas?

Esta patología neurológica es tremendamente frecuente. En España, afecta aproximadamente a entre el tres y el cinco por ciento de la población adulta. Es una enfermedad crónica que se manifiesta por la aparición de molestias en las piernas, fundamentalmente al atardecer y en situaciones de inmovilización, y que tiene como principal consecuencia la pérdida de calidad de vida y de la capacidad para dormir. Hay datos que apuntan a que el síndrome de piernas inquietas, a parte de producir una pérdida de calidad de vida, puede aumentar el riesgo cardiovascular y, como consecuencia de ello, incrementar la mortalidad a largo plazo.

De hecho, hemos publicado un estudio en la XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño que muestra que los pacientes con síndrome de piernas inquietas tienen hasta 2,5 veces más de probabilidades de desarrollar una cardiopatía, mientras que el riesgo de hipertensión arterial aumenta también hasta 2,5 veces más frente a la población que no tiene SPI síndrome de piernas inquietas.

¿Está preparada la Atención Primaria para diagnosticar esta enfermedad y derivar al paciente a la atención especializada por el camino correcto?

Radicalmente, no. Hace unos siete años se hizo un estudio en España en el que se veía que el síndrome de piernas inquietas solo era diagnosticado correctamente por la Atención Primaria en el nueve por ciento de los pacientes. En el último congreso de la SEN presentamos un trabajo que muestra que en la actualidad, solo el nueve por ciento del total de los pacientes con síndrome de piernas inquietas está siendo tratado por la Atención Primaria, el 43 por ciento recibe el tratamiento a través del neurólogo y el 28,6 por ciento es tratado por un somnólogo.

Esto es un problema porque, dada la altísima prevalencia que tiene esta enfermedad, la gran mayoría de los pacientes debería estar en manos de la Atención Primaria. Cuando la prevalencia de una enfermedad es tan elevada, el número de especialistas nunca va a ser suficiente para atender las demandas de esa población. O educamos e implicamos a la Atención Primaria en el manejo de esta enfermedad o la mayor parte de los pacientes simplemente no reciben tratamiento, que es lo que ocurre ahora mismo.

El neurólogo explica el síndrome de piernas inquietas.

¿Cómo se puede educar e implicar al médico de Atención Primaria en esta enfermedad?

Desde la Sociedad Española del Sueño hacemos cursos, pero es un trabajo que requiere tiempo. Los medios que tiene una sociedad científica para formar a la Primaria son limitados, hace falta que ese esfuerzo sea realizado en múltiples direcciones y por múltiples actores. Nosotros hacemos nuestra parte educando a un buen número de médicos de Atención Primaria todos los años, pero estamos hablando de que, probablemente, varios cientos de miles de personas en España se vean afectadas. Para formar a tantos médicos de Atención Primaria como sería necesario hace falta que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas se impliquen bastante más.

Los afectados por síndrome de piernas inquietas cuentan desde hace poco con una nueva opción terapéutica, el parche de rotigotina. ¿Qué mejoras introduce en el manejo de la enfermedad?

Su mecanismo de acción no lo diferencia de los dos fármacos que ya estaban indicados en España para esta patología, ya que actúa sobre el sistema dopaminérgico como un agonista. Ahora bien, la diferencia fundamental es que este nuevo fármaco no es de administración oral, sino de absorción transdérmica, y su tiempo de acción es de hasta 24 horas. El paciente se pone el parche en algún momento del día y lo utiliza tantas horas como considera que tiene la enfermedad. Esto es una ventaja importantísima porque los fármacos anteriores tenían una vida media limitada y habían sido estudiados y aprobados para la administración nocturna, con lo que la mayor parte de los pacientes que tienen síntomas durante el día quedaba poco o nada tratada. Con la utilización de rotigotina podemos tratar los síntomas tanto durante el día como por la noche.

En la XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño hemos presentado otro estudio llevado a cabo por la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (Aespi), en colaboración con el Instituto de Investigaciones del Sueño, que revela que el 66 por ciento de los pacientes con SPI que están bajo tratamiento presentan crisis sintomáticas que irrumpen durante el día. El 43 por ciento de los pacientes padecen estas crisis diariamente, que surgen en un periodo del día en el que no están recibiendo ningún tipo de tratamiento, no son prevenibles con tomar la medicación durante el día y tampoco se pueden tratar porque los fármacos tardan un tiempo en hacer efecto.

En este sentido, la comercialización de rotigotina para el tratamiento de los síntomas diurnos y nocturnos del síndrome de piernas inquietas es una gran ventaja. Tenemos datos que muestran que la utilización de rotigotina erradica por completo los síntomas en un 30 por ciento de los casos. Es un tratamiento sintomático, no estamos hablando de curación, pero de alguna forma neutraliza los síntomas.

¿Cuáles son las principales necesidades que tienen los pacientes con síndrome de piernas inquietas?

Los pacientes necesitan medicamentos que a largo plazo no pierdan eficacia, que tengan una rápida acción y que no produzcan efectos adversos. Por supuesto, ya que la causa de la enfermedad es genética en entre un 50 y un 60 por ciento de los casos, otra de las necesidades es que encontremos un remedio terapéutico capaz de actuar sobre la causa esencial. Esto no es imposible, ya tenemos cinco genes identificados como causantes del síndrome de piernas inquietas, pero aún no tenemos la forma farmacológica de actuar sobre ellos.

Entonces, las investigaciones actuales siguen esa vía…

En genética se están realizando grandes avances. Lo que necesitamos es identificar todos los genes que pudieran estar implicados y saber exactamente cuál es su mecanismo de acción, porque podríamos actuar sobre los genes o sobre algunos de sus productos.

García-Borreguero demanda más unidades del sueño.

¿Se prevé que haya algún avance a corto o medio plazo?

Sí, dada la velocidad a la que están evolucionando las investigaciones es posible que en los próximos 10 años por lo menos sepamos qué es lo que hacen estos genes y veamos formas de actuar sobre ellos.

¿Cree que en España hay suficientes unidades del sueño en los hospitales?

No hay suficientes unidades del sueño y muestra de ello son las listas de espera que hay en la Sanidad pública para poder acceder a ellas. Depende de la patología, pero las listas de espera para problemas respiratorios durante el sueño pueden llegar al año y medio o dos años fácilmente. Es un periodo de espera inaceptable para enfermedades que tienen implicaciones sobre el riesgo cardiovascular. Necesitamos más unidades del sueño y que todo hospital de segundo o tercer nivel pueda cubrir este tipo de patologías. También necesitamos más especialistas en patologías del sueño y una formación más integral de las personas que trabajan en estas unidades.

¿A qué se debe esta escasez de unidades del sueño?

Este problema se produce en mayor o en menor medida en todos los países occidentales. La Medicina del Sueño no surge en Estados Unidos, el país pionero, hasta finales de los años 70 y empieza a crecer de forma espectacular a finales de los 80. Los demás países occidentales han seguido a la zaga y el desarrollo ha dependido de recursos públicos, sanitarios… Pero necesitamos más por la importancia que tienen estas patologías, no solamente en lo relacionado con la calidad de vida del paciente, que no es poco, sino también con la cantidad de vida.

La población sensibilidad de la población con respecto a las patologías del sueño es insuficiente. Históricamente siempre se ha dicho que España es un país que dedica poca atención al sueño poco, pero esto, en mayor o menor grado, ocurre en todos los países. Hay que hacer hincapié en esto porque hay mucho en juego detrás.

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