Redacción. Madrid
A pesar de que las causas exactas de la formación de gliomas son aún poco conocidas, las crisis epilépticas constituyen el primer síntoma de este tipo de tumores en la mayoría de las personas diagnosticadas. De hecho, en el momento del diagnostico, casi en el 90 por ciento de los casos los pacientes habían sufrido alguna crisis.
Beatriz Gal.
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Los gliomas son tumores cerebrales primarios que se inician en el cerebro, originándose a partir de las células nerviosas. Estos tumores son diferentes de los tumores secundarios que resultan de la metástasis de procesos cancerígenos originados en otras zonas del cuerpo.
En un estudio publicado recientemente en la revista Brain, y en el que ha participado Beatriz Gal, catedrática de Fisiología del departamento de Ciencias Biomédicas Básicas de la Universidad Europea, se analizaron más de 1.500 pacientes con gliomas difusos de bajo grado, para identificar las interacciones clínicas entre las propiedades de estos tumores y las crisis epilépticas.
El glioma de bajo grado es un tipo de tumor primario que se desarrolla a partir de las células gliales, un tipo de célula nerviosa que proporciona soporte estructural, metabólico y funcional a las neuronas.
Se trata de una de las investigaciones más completas desarrolladas hasta la fecha sobre gliomas. “Este trabajo es el resultado de un esfuerzo de recopilación de datos clínicos de diversos centros en Francia, coordinado por Gilles Huberfed del Hospital de la Pitié-Salpetriere de Paris”, destaca la catedrática que participó en el trabajo gracias al Programa de Estancias Internacionales de Investigación de la UE.
“A lo largo del estudio, examinamos y organizamos esta enorme biblioteca de casos para descubrir relaciones estadísticas y proponer nuevas estrategias y protocolos de actuación basados en perfiles clínicos concretos. Estos datos nos permitieron, a su vez, definir mejores modelos experimentales para testar fármacos y comprender los mecanismos de acción“, señala Gal.
Los datos identificaron el retraso en el diagnóstico del tumor, su localización anatómica dentro del cerebro y la presencia de alta presión intracraneal como factores de riesgo de sufrir crisis epilépticas asociadas a gliomas difusos.
“La conclusión más importante del trabajo es la recomendación de intervención temprana del tumor y su máxima resección, pues esta estrategia parece estar fuertemente relacionada con un mejor control clínico, tanto desde el punto de vista oncológico como neurológico”, matiza la investigadora.
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