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UNIDAD DE ICTUS DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO REY JUAN CARLOS DE MÓSTOLES
La atención especializada y coordinada reduce la mortalidad y las secuelas
Todavía no forma parte del Código Ictus de la Comunidad de Madrid porque la región tiene que resectorializar la atención
Sandra Melgarejo/Imagen: Adrián Conde. Móstoles (Madrid)
El Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid) ha presentado a los medios de comunicación su recién estrenada Unidad de Ictus, acreditada desde el pasado mes de septiembre. Ricardo Trujillo, gerente del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid), ha detallado que los requerimientos necesarios para la acreditación de unidad de ictus son espacio físico, habitaciones monitorizadas, equipamiento reglado, instalaciones, neurólogos de guardia con presencia física las 24 horas los 365 días del año, Enfermería especializada y otras especialidades que den apoyo al servicio, como rehabilitadores, radiólogos y neurocirujanos.
Ricardo Trujillo, gerente del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, habla sobre el teleictus.
Javier Pardo, jefe del Servicio de Neurología y responsable de la Unidad de Ictus.
Como ha recordado Javier Pardo, jefe del Servicio de Neurología del hospital y responsable de la Unidad de Ictus, “el ictus es una emergencia vital y que todo esté perfectamente coordinado es fundamental”. Pardo ha explicado que el paciente sospechoso de sufrir un ictus entra por urgencias directo a boxes, donde se le monitoriza, se le valora, se le hace un escáner urgente y se redacta la historia clínica. Dependiendo de los casos, allí mismo se puede iniciar un tratamiento fibrinolítico.
Una vez diagnosticado, se inicia el tratamiento y el paciente sube a la unidad, siempre y cuando no lleve aparejadas otra serie de patologías. Las pruebas necesarias para hacerse una idea global del estado de un paciente incluyen un escáner cerebral (TAC cerebral), un análisis de sangre y un electrocardiograma. Ya en la unidad, identificado el tipo de ictus y, en muchos casos, la causa, se procede a indicar el tratamiento específico más adecuado, que dependerá del paciente concreto, de la evolución del proceso y del tipo de ictus. En un ictus agudo el periodo de hospitalización medio en la unidad es de 48 a 72 horas.
Javier Pardo ha destacado que la labor realizada en las unidades de ictus puede llegar a reducir hasta un 30 por ciento la mortalidad y las secuelas funcionales tras haber sufrido un ictus. De hecho, la evidencia científica demuestra que una unidad integral de ictus favorece no solo la atención del paciente sino su recuperación. Así, los pacientes de ictus tratados desde el primer momento por un neurólogo en una unidad especializada pueden lograr la recuperación total o con muy pocas secuelas. Igualmente, se estima que un tercio de los pacientes de ictus podría salvar su vida o evitar una discapacidad grave si recibe atención inmediata en unidades especializadas.
La Unidad de Ictus del Hospital Rey Juan Carlos es también la unidad de referencia del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), con el que está conectado a través del sistema teleictus. Por el momento, no forma parte del Código Ictus de la Comunidad de Madrid hasta que la comunidad no resectorialice la atención, pero los especialistas de la unidad esperan que las ambulancias comiencen a llevar pacientes al Hospital Rey Juan Carlos a finales de 2013 o principios de 2014.
La Unidad de Ictus del Hospital Universitario Rey Juan Carlos dispone de cuatro habitaciones individuales con monitorización no invasiva las 24 horas.
Javier Pardo ha recorrido con un grupo de periodistas las instalaciones de la unidad. A la derecha, Marta Guillén, neuróloga de la unidad, muestra la imagen de un ictus hemorrágico.
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