Redacción. Madrid
Un nuevo estudio transversal publicado en Journal of Alzheimer’s Disease muestra que el consumo de alimentos ricos en polifenoles, propios de la dieta mediterránea, se asocia con una mejor función cognitiva en personas ancianas con alto riesgo cardiovascular. El trabajo ‘Polyphenol-rich foods in the Mediterranean diet are associated with better cognitive function in elderly subjects at high cardiovascular risk’ tiene como autora principal a Cinta Valls-Pedret, del equipo de Emilio Ros, jefe de la Unidad de Lípidos del Hospital Clínic de Barcelona, y forma parte del ensayo Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), una iniciativa pionera de intervención nutricional con dieta mediterránea para la prevención de enfermedades cardiovasculares y otras patologías frecuentes en personas de alto riesgo. El estudio está financiado por el Instituto de Salud Carlos III, a través de las redes de investigación cooperativa Ciber de Obesidad y Nutrición y Red Temática de Dieta Mediterránea.
La dieta mediterránea tendría potencial para reducir
la incidencia de enfermedades neurodegenerativas.
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Precisamente, los participantes en esta nueva investigación (447 mujeres y hombres de entre 55 y 80 años con alto riesgo cardiovascular) fueron reclutados entre los pacientes del Predimed. Además de estudiar el consumo habitual de distintos alimentos, los responsables de este nuevo trabajo realizaron test neuropsicológicos para evaluar la función cognitiva en relación con la dieta y analizaron la excreción urinaria de polifenoles como biomarcador del consumo diario de estos antioxidantes.
Descubrieron que un incremento en el consumo de nueces, pero no de otros frutos secos, estaba asociado con una mejor memoria de trabajo; el consumo de café y de aceite de oliva virgen supuso obtener mejores puntuaciones en memoria verbal y la ingesta moderada de vino se asoció a una mejor función cognitiva global. En opinión de Valls-Pedret, “los resultados sugieren que el consumo de alimentos ricos en antioxidantes típicos de la dieta Mediterránea podrían contrarrestar el declive cognitivo asociado a la edad”.
Emilio Ros asegura que “el próximo examen de los cerca de 7.500 participantes del estudio Predimed tras un promedio de cinco años de intervención proporcionará una evidencia más firme sobre el potencial de la dieta mediterránea y sus componentes para reducir la incidencia de enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el alzheimer”.
Este estudio muestra un nuevo beneficio de los antioxidantes de las nueces, que se suma al pbtenido por Abha Chauhan y su equipo, publicado el año pasado en la revista Neurochemical Research. Su trabajo sugiere que el extracto de nueces tiene efectos protectores contra el estrés oxidativo y la muerte celular causada por la proteína beta amiloide. Según Chauhan, “los resultados de ambos estudios previos sugieren que la dieta con nueces puede reducir el riesgo de demencia en la población anciana. Esto puede atribuirse a una combinación única de propiedades anti-amiloidogénicas, antioxidantes y antiinflamatorias de las nueces”.
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