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Lunes, 05 de marzo de 2012   |  Número 49
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publicaciones científicas
neurólogos, cardiólogos y radiólogos publican en ‘REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA’
La resonancia magnética cerebral es útil para la posible detección de embolias silentes en pacientes con fibrilación auricular sometidos a cardioversión eléctrica electiva
Es la primera vez que se estudia la presencia de estos fenómenos tromboembólicos cuando aún no dan síntomas clínicos

Redacción. Madrid
Investigadores de los servicios de Neurología, Cardiología y Radiología del Hospital Povisa de Vigo (Pontevedra) han estudiado y valorado si realizar una resonancia magnética (RM) a pacientes con fibrilación auricular (FA) permite detectar lesiones isquémicas silentes en el cerebro después de ser sometidos a una cardioversión eléctrica. Los resultados han sido redactados en el artículo ‘Valoración mediante resonancia magnética cerebral de embolias clínicamente silentes en pacientes con fibrilación auricular sometidos a cardioversión eléctrica’, publicado en Revista Española de Cardiología (REC), editada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Mapa de coeficiente de difusión aparente.

Según los especialistas, los pacientes con FA tienen un riesgo cinco veces mayor de sufrir tromboembolismos con respecto a las personas con un ritmo cardiaco normal, por lo que necesitan un tratamiento anticoagulante. María Vázquez, miembro de la SEC y cardióloga del Hospital Povisa de Vigo, ha explicado que, a pesar del tratamiento, tras someterse a una cardioversión eléctrica, el paciente tiene un uno por ciento de riesgo de sufrir algún problema cerebrovascular”.

Es la primera vez que se estudia, con técnicas de imagen como la RM con difusión, la presencia de estos fenómenos tromboembólicos cuando aún no dan síntomas clínicos y, por lo tanto, a los pacientes no se les nota ningún deterioro cognitivo o alteración de la conciencia. “Se ha demostrado que la RM con difusión permite detectar la inflamación, la presencia de agua en los tejidos y las lesiones isquémicas causadas por un trombo durante las primeras horas, aunque no haya dado síntomas”, ha afirmado Vázquez. “Así, el resultado principal de este trabajo es que la RM ha permitido detectar lesiones isquémicas silentes en el cerebro de los pacientes con FA antes de que se sometieran a una cardioversión. En cambio, no ha detectado ninguna después de la cardioversión. Este resultado demuestra que una anticoagulación correcta antes de la cardioversión permite realizar este procedimiento con seguridad y evitar lesiones tromboembólicas”, ha añadido.

“Podemos plantearnos el uso de la RM en la práctica clínica de forma rutinaria en aquellos pacientes con FA en los que tengamos dudas respecto a su anticoagulación. Así, la RM se perfila como una herramienta diagnóstica que vamos a tener en cuenta para tomar decisiones de anticoagulación oral en los pacientes con FA permanente, persistente o paroxística”, ha indicado Vázquez.

RM cerebral antes y después de la cardioversión

El estudio ha incluido a una muestra representativa de pacientes con FA, 62 en total (16 de ellos mujeres) y con una media de edad de 62 años, a los que se les aplicó un protocolo de intervención, consistente en la administración de un tratamiento anticoagulante oral convencional (acenocumarol) durante las cuatro semanas previas a la cardioversión eléctrica, en las que debieron mantener sus niveles de anticoagulación entre 2 y 3, según la razón internacional normalizada (INR). Después ingresaron en el hospital y se les realizó una RM cerebral unas horas antes de la cardioversión y 24 horas después, entre otras pruebas neurológicas, y se les efectuó la cardioversión, bajo sedación.

Tras analizar los resultados del estudio, el equipo de Povisa ha observado que, antes de realizar la cardioversión, el 35 por ciento de los pacientes con FA permanente o persistente padecía lesiones de pequeño vaso sin que se viera un déficit neurológico. Al realizar un subanálisis multifactorial, los investigadores han comprobado que la edad era el único factor de riesgo asociado a la presencia de estas lesiones, puesto que los pacientes con más años tenían mayor riesgo de lesiones.

Para Vázquez, “este es un hallazgo propio y una segunda conclusión muy importante, ya que la anticoagulación se administra para la cardioversión y después se retira en los pacientes que no tienen otros factores de riesgo, pero al hacer una valoración con la RM podremos ver si estos anticoagulantes se deben dar de por vida”. “Estos últimos resultados pueden ser la base para realizar un nuevo estudio con más centros participantes y con una muestra de entre 200 y 300 pacientes”, ha anunciado.

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