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Lunes, 24 de enero de 2011   |  Número 23
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Neurología joven
MARISA GARCÍA BUEY, PRESIDEnta de LA COMISIÓN DE DOCENCIA DE LA PRINCESA
“La troncalidad estaría bien si las especialidades se amplían a cinco años”
Afirma que, tal y como está planteado, el decreto no traería muchos cambios en su centro, solo una mayor rotación los dos primeros años

Hiedra García Sampedro / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
Las Comisiones de Docencia de los hospitales, encargadas de coordinar la formación especializada de los residentes, están viviendo un periodo de expectación ante las novedades que traerá el proceso de troncalidad. Marisa García Buey, jefe de estudios del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, considera que, tal y como está planteada, “no habría muchos cambios en el centro, solo que rotarían más los MIR en los dos primeros años”. Sin embargo, opina que para que se realice correctamente, las especialidades deberían ampliarse a cinco años.

Marisa García Buey, responsable docente de La Princesa.

¿Cómo va a afectar al hospital el decreto de troncalidad?

Teóricamente es una continuación de la apertura del pregrado al posgrado al Espacio Europeo sanitario, pero realmente va a ser muy complejo porque tendrían que cambiar muchas cosas. En algunas especialidades se está haciendo. Aquí en el hospital no tendríamos tanto cambio tal y como se va a plantear. Nada más que en los dos primeros años rotarían más los residentes.

La puesta en marcha va a ser compleja porque lo primero sería rehacer todos los programas formativos de todas las especialidades. Se hicieron en 1996 y con posterioridad en 2006, pero casi la mitad de las especialidades mantienen el programa formativo de 1996, no se han renovado. Los realizan las comisiones nacionales y se tarda bastante tiempo en ponerse de acuerdo.

Yo no digo que no a la troncalidad tajantemente porque se trata de que seas un profesional sanitario polivalente, es decir, que tengas ciertas destrezas, que demuestres que eres médico y además especialista en algo. Dos años de formación están bien. Yo me acuerdo cuando empecé mi residencia en 1983 y estuve casi dos años rotando, aprendiendo de otras especialidades, porque lo que no aprenda en ese momento no lo voy a aprender después.

Pero está bien hacer eso si amplían las especialidades, si se convierten la mayoría de ellas en especialidades de cinco años.

¿Cómo es una Comisión de Docencia, quiénes la forman?

El número máximo de personas que puede haber en una comisión son 20, aunque aquí en el hospital hay 16, de las cuales cinco son residentes. Son de todas las especialidades que abarcan los troncos que se van a establecer. Hay representantes de los tutores, otro que es obligatorio de la comunidad y luego otros que coordinen los niveles asistenciales de Medicina de Familia y del propio hospital. Además, también viene el representante de la Comisión de Formación Continuada.

En total son 16 personas aunque puede ser un máximo de veinte, es decir, se puede extender más. Y podrían entrar más representantes de las especialidades que tienen mayor número de residentes.

¿Cómo funciona la Comisión de Docencia?

Habitualmente nos reunimos el segundo martes de cada mes aunque podemos tener reuniones extraordinarias, dependiendo un poco de la demanda y la prioridad de los temas que hay que tratar.

Hablamos de diferentes aspectos aunque no tenemos suficiente tiempo para todo. La Comisión aprueba y abala lo establecido por la secretaria o por mí misma. Por otro lado, los planes de formación están creados por cada servicio y cada especialidad tiene que tener un programa, un itinerario adecuado a las características que tiene cada hospital. La suma de estos planes, junto al del hospital en sí, es el Plan de Formación.

Otra cosa que nosotros debemos hacer y que es obligatorio es un documento de supervisión del residente, sobre todo en áreas determinadas como es el área de urgencias, que eso también está establecido y que lo han hecho aquí fundamentalmente la coordinadora de urgencias y nosotros lo hemos abalado. Y luego también cada servicio debe tener su plan. Y tiene que inspeccionarlo la propia Comisión de Docencia.

¿Cómo es la relación entre un tutor y sus residentes?

Tiene que haber una relación muy fluida con el tutor, que debe ser una persona con mentalidad abierta y ciertas características para que pueda ayudar a una persona que es joven, y que aparte de transmitirles conocimientos científicos, les tiene que transmitir conocimientos humanos, de la vida.

Los términos profesionales de esta relación están establecidos en un Real Decreto. Sería ideal que el tutor tuviera una reunión mensual con los residentes, y que cada tutor no pudiera serlo de un número mayor de cinco residentes. Nosotros tenemos problemas, no hay una relación de uno por cinco porque incluso en la propia comisión no hay suficientes recursos humanos. Y el mero hecho de la transmisión, con el volumen de tutores que hay -entre 60 y 70-, es muy complicado, tenemos que mantener relaciones con los tutores, con los residentes, y es mucho; es manejar a mucho personal con pocos medios. Yo por ejemplo no tengo exclusividad docente, yo me dedico a mi trabajo, que es realmente por lo que me pagan porque esto no tiene ningún tipo de remuneración económica aunque sí un reconocimiento en la carrera profesional como gestión clínica.

Según Marisa García Buey, un tutor debería tener un máximo de cinco residentes, pero la mayoría de las veces no se cumple.

¿Cuáles son las primeras necesidades de los residentes cuando llegan al hospital?

Algunos de ellos vienen o de otras provincias o de otros países. Ha habido algún problema porque nosotros tenemos hoy en día un volumen de foráneos importante, algunos de ellos extracomunitarios, que hay que ayudarles a que puedan tener sus papeles en regla para poder trabajar aquí. Alguno no ha llegado a coger la residencia, no sé si precisamente por trámites burocráticos, o se han incorporado dos o tres meses después de haber cogido la plaza aquí en el hospital por esos papeles.

Al principio los residentes tienen que conocerse, para ellos es novedoso porque vienen a una ciudad como Madrid, atractiva, en la que van a conocer gente joven, hacen fiestas, buscan alojamiento… Es un cambio bonito.

Cuando llegan aquí tienen los quince primeros días de adaptación en el que van a tener un día de acogida en el hospital, con una presentación del gerente, otra la hago yo y otras las personas más relevantes del hospital. Eso es una jornada, un acto de acogida al residente. Luego suelen hacer un curso que es obligatorio, que es el de radioprotección. Durante tres días empiezan un curso de urgencias hospitalarias, y entonces comienzan a ir algunos de ellos a sus servicios.

¿Cómo son esas rotaciones?

Ahora mismo las especialidades cada vez son más complejas, porque cada vez hay más técnicas. Normalmente el primer año y el segundo lo dedican a adquirir competencias de otras especialidades y se dedican plenamente a la propia especialidad en el tercer, cuarto, y quinto año. Sin embargo hay especialidades que son complejas, por ejemplo, Hematología, Cardiología, Digestivo, y empiezan ya a tener prácticas de la propia especialidad ya de R2 porque el tiempo formativo es totalmente insuficiente, los programas hoy en día pueden ser muy inabarcables.

De tal forma que alguno de los conflictos que tenemos aquí, que nos plantean algunas especialidades, es que quieren que empiecen a hacer guardias de la especialidad de R2 o que quieren que roten menos por otras especialidades y que empiecen a rotar por su propia especialidad. Tienen que aprender muchas cosas y salir con competencia profesional para irse a cualquier ciudad pequeña, y no pueden decir allí que no saben hacer tal cosa porque necesiten mayor capacitación específica.

¿Todos los que empiezan su periodo de residencia la acaban?

Algunos lo dejan pero otros ni siquiera lo llegan a coger, muchos de ellos extracomunitarios. Con lo cual una especialidad determinada se hace la idea de que va a tener un residente y no les llega ninguno.

Muchos de ellos se vuelven a presentar al MIR o consiguen otros trabajos. Otros lo cogen y al cabo del tiempo lo rechazan, por ejemplo, en Microbiología. Para esta especialidad me han pedido que en las próximas convocatorias no solicitara médicos porque acababan dejándolo.

Y los que realizan todo su periodo de residencia, ¿acaban trabajando en el hospital?

Cada vez es más difícil porque hay dificultades económicas para contratar a gente y desgraciadamente muchas de las plazas de gente que se jubila se quedan sin cubrir.

Se tendría que hacer un estudio nacional válido no sólo para los residentes, sino que partiese desde el estudio del pregrado. Un estudio para ver cuáles son realmente las necesidades de personal sanitario en todos los niveles. Ya no sólo en la carrera de medicina sino también con otros profesionales sanitarios.
 
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