Sandra Melgarejo / Imagen: Adrián Conde y Pablo Eguizábal
Las enfermedades crónicas son actualmente la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, y suponen en torno al 80 por ciento del gasto sanitario. A partir de los 65 años se estima que cada persona sufre una media de 2,8 problemas o enfermedades crónicas, alcanzando un promedio de 3,23 en los mayores de 75 años, según datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2006. El progresivo envejecimiento de la población y aumento de la prevalencia de estas patologías requiere un replanteamiento de los sistemas sanitarios, una necesidad que ha sido abordada en la jornada ‘Reorientación del Sistema Sanitario ante el reto de la Cronicidad’, organizada por el Hospital Universitario de La Princesa de Madrid.
“La nueva situación exige que los servicios y las unidades se organicen de forma diferente, y que se apliquen nuevas tecnologías en la atención al paciente con patología neurológica crónica, como los recursos de telemedicina, videoconsulta, videoasistencia y comunicación entre profesionales y con el paciente”, ha señalado José Vivancos, jefe del Servicio de Neurología de La Princesa. Según el neurólogo, estos sistemas “son el futuro”, dado que permiten “acceder a más pacientes con menos recursos, mejorar la adherencia a los tratamientos y acercarse al paciente”.
Con respecto a las características generales de la cronicidad en Neurología, ha detallado que “son patologías de alta prevalencia que generan una gran dependencia, lo que supone un alto coste sociosanitario”. Para afrontarla, los servicios de Neurología “tienen que integrar especialización y abordaje multidisciplinar, acercar los recursos al paciente, aplicar nuevas tecnologías, asistencia al paciente y asistencia y formación al cuidador”.
El neurólogo ha detallado las nuevas iniciativas que ya están en marcha en el servicio que dirige. Por ejemplo, en la Unidad de memoria y deterioro cognitivo, “el enfoque multidisciplinar dirigido a Atención Primaria, la formación del cuidador y el teléfono de contacto directo han reducido significativamente la demanda de consultas presenciales”, ha afirmado.
Por otro lado, en la Unidad de trastornos del movimiento, utilizan la tecnología Somnowatch, una pulsera que registra y almacena el movimiento nocturno y diurno, que “ha reducido un 32 por ciento el tiempo en el que se alcanza la dosis óptima para tratar el párkinson inicial y observar la situación del paciente a lo largo del tiempo”. Vivancos ha anunciado que este sistema se va a empezar a usar en tres áreas de párkinson avanzado, porque creen que “podrá mejorar y optimizar el régimen de estimulación de los pacientes para que tengan una mejor calidad de vida”.
Por último, en la Unidad de enfermedades desmielinizantes, “la consulta telemática y telefónica facilita al paciente el acceso a consultas médicas y de Enfermería (el 60 por ciento de las consultas se resuelve sin necesidad de visita), y la resolución de trámites administrativos. Además, permite un mejor control del paciente y de su tratamiento, y se detecta más cantidad de brotes”.
“La percepción que tienen los pacientes del uso de estas tecnologías es que favorecen una mayor cercanía al neurólogo y al personal de Enfermería; les aporta una mayor sensación de seguridad; reduce el tiempo de espera y es más cómodo”, ha afirmado Vivancos.
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