Redacción. Madrid
Las personas con un deterioro cognitivo leve (DCL), en el que la memoria es una de las capacidades cognitivas afectadas y sin una causa que pueda justificar los déficits cognitivos, constituyen el grupo de mayor riesgo a la hora de desarrollar una demencia, según un estudio reciente de la Fundación ACE. Esta investigación, publicada en Journal of Alzheimer’s Disease, cuenta con la muestra más grande de DCL de todo el mundo, donde se incluyen 550 sujetos mayores de 60 años, con muestras de ADN disponibles y con un seguimiento evolutivo a lo largo de cinco años en la unidad de diagnóstico de la Fundación ACE. Además, el estudio cuenta con la colaboración del Grupo de Alzheimer del Instituto de Investigación Vall d'Hebron (VHIR) y del centro de investigación de la enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).
Se representan los sujetos con DCL que convirtieron a demencia (n=207), censurando la resta de sujetos (46,7%). Fuente: Fundación ACE.
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El grupo de investigación de la Fundación ACE ha analizado los factores de riesgo que hacen más vulnerables a los individuos con DCL a la hora de desarrollar una demencia, sobre todo la enfermedad de Alzheimer, para prevenir su aparición.
Hay dos indicadores estándar para clasificar a una persona con DCL. El primero hace referencia al tipo de alteración de las capacidades cognitivas, ya que el individuo puede tener afectación de la memoria (DCL amnésico) o, en cambio, afectación de otras capacidades cognitivas como el lenguaje y la capacidad de orientación (DCL no amnésico). La segunda clasificación tiene relación con el origen del deterioro. Hay casos en los que el origen del DCL es una patología cerebrovascular o síntomas psicoafectivos –como la ansiedad o la depresión–, mientras que en otros casos no hay ninguna comorbilidades que puedan justificar los déficits cognitivos.
Según los resultados del estudio, los individuos con problemas de memoria sin comorbilidades tienen 8,5 veces más riesgo de tener una demencia que las personas con un DCL no amnésico causado por una patología cerebrovascular o psicoafectiva.
“La identificación de este grupo de riesgo nos ofrece una nueva diana para investigar la enfermedad del Alzheimer en futuros ensayos clínicos”, destaca Ana Espinosa, primera autora del estudio y neuropsicóloga de la Unidad de Diagnóstico de la Fundación ACE. En investigación clínica, la batería neurospicológica, como la que se ha utilizado en este trabajo científico, tiene un mayor coste-beneficio, y podría convertirse en un método más sensible para evaluar las funciones cerebrales afectadas de forma precoz.
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