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Martes, 26 de julio de 2011   |  Número 36
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actualidad
LAS CAÍDAS CONTINUAS PODRÍAN SER UN SIGNO DE ALERTA ANTE LA ENFERMEDAD
Los test visuales podrían detectar precozmente el alzheimer
Más de la mitad de los casos se podrían evitar con cambios en el estilo de vida y el tratamiento o con la prevención de enfermedades crónicas

Redacción. Madrid
Las personas que están en riesgo de desarrollar alzheimer son dos veces más propensas a caerse que las personas sanas, por lo que la enfermedad podría detectarse mediante controles visuales, según varios estudios presentados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, en París (Francia).

Susan Stark.

Actualmente, los investigadores suelen usar controles cerebrales y pruebas de líquido espinal para detectar cambios relacionados con el alzheimer, pero son caros e impracticables en términos generales, además de que ninguno de ellos ha sido aprobado para su uso rutinario. Por ello, los expertos están buscando otras pistas tempranas que ofrezcan evidencia de que la enfermedad está en desarrollo antes de que aparezcan los síntomas.

Un equipo de investigadores, liderado por Susan Stark, de la Washington University en St. Louis (Estados Unidos), ha observado que las caídas frecuentes podrían ser una señal de advertencia temprana del alzheimer. Para comprobarlo, 125 personas se sometieron a controles cerebrales y facilitaron muestras de líquido espinal. Además, cada participante del estudio escribió un diario sobre cuántas veces se caía durante un período de ocho meses.

Con los resultados de estas pruebas, los investigadores hallaron que las personas cuyos controles cerebrales detectaban cambios presintomáticos de alzheimer eran dos veces más propensas a caerse que las personas sanas. "Este es el primer estudio que evalúa las caídas en las fases preclínicas del Alzheimer", asegura Stark, quien añade que el estudio "sugiere que las mayores tasas de caídas podrían darse al inicio de la enfermedad".

Prueba ocular para detectar la enfermedad

En otro estudio, el investigador de la Organización Científica e Industrial de la Commonwealth, Shaun Frost, analizó si los cambios en la retina del ojo podrían usarse para detectar precozmente el alzheimer. El equipo de Frost reveló que el ancho de algunos vasos sanguíneos era significativamente diferente en las personas con signos tempranos de alzheimer, en comparación con las personas sanas. Asimismo, los participantes del estudio que presentaban vasos sanguíneos anormales en sus ojos también tenían depósitos de beta amiloide.

"Estos resultados indican una relación entre los cambios en la retina y la carga de placa acumulada en el cerebro", explica Frost. Así, el estudio sugiere que sería posible usar las pruebas de retina junto con otras pruebas de biomarcadores para detectar el alzheimer precozmente.

Con estos resultados, aunque no hay tratamientos que puedan detener o retardar la enfermedad, los científicos creen que "saber cómo diagnosticar el alzheimer antes de que surjan los síntomas será importante para cuando estén disponibles los nuevos fármacos".

Más de la mitad de los casos se pueden prevenir

Más de la mitad de los casos de alzheimer se podrían evitar mediante cambios en el estilo de vida y el tratamiento o la prevención de enfermedades crónicas, según un estudio dirigido por Deborah Barnes, investigadora de salud mental del San Francisco VA Medical Center (Estados Unidos). Los resultados del estudio han sido publicados Lancet Neurology.

Shaun Frost.

Analizando los datos de estudios en todo el mundo con cientos de miles de participantes, Barnes llegó a la conclusión de que los principales factores de riesgo modificables de la enfermedad de Alzheimer son, en orden descendente en importancia: un bajo nivel de educación, el tabaquismo, la inactividad física, las depresiones, la hipertensión, la diabetes y la obesidad en la mediana edad.

En Estados Unidos concretamente, Barnes encontró que los principales factores de riesgo modificables son la inactividad física, la depresión, el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad de la mediana edad, el bajo nivel educativo y la diabetes. En conjunto, estos factores de riesgo están asociados con un máximo de un 51 por ciento de los casos de alzheimer en todo el mundo (17,2 millones de casos) y hasta un 54 por ciento de los casos de alzheimer en los Estados Unidos (2,9 millones de casos), de acuerdo con Barnes.

"Lo que es interesante es que esto sugiere que algunos cambios de estilo de vida muy simples, como aumentar la actividad física o dejar de fumar, podrían tener un tremendo impacto en la prevención de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en los Estados Unidos y en todo el mundo", afirma Barnes, que también es profesora de Psiquiatría en La Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos).

Barnes advierte de que sus conclusiones se basan en la suposición de que existe una asociación causal entre cada factor de riesgo y la enfermedad de Alzheimer."Estamos asumiendo que cuando se cambia el factor de riesgo, entonces se cambia el riesgo", dijo Barnes. "Lo que tenemos que hacer ahora es averiguar si esta suposición es correcta."

La investigadora principal, Kristine Yaffe, jefa de psiquiatría geriátrica del San Francisco VA Medical Center, señaló que el número de personas con alzheimer se triplicará en los próximos 40 años. "Sería muy importante si pudiéramos encontrar la manera de evitar algunos de los casos", dijo Yaffe, quien es también profesora de Psiquiatría, Neurología y Epidemiología en La Universidad de California.

Nuevas guías ayudarán a diagnosticar el alzheimer, como complemento a las autopsias

Las nuevas guías propuestas por el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos y la Asociación de Alzheimer buscan distinguir entre los cambios en la memoria o la demencia diagnosticados por los médicos cuando las personas están vivas y los cambios que los forenses pueden ver en una autopsia. Las guías ofrecen información adicional sobre la enfermedad, que ayudará a los científicos a desarrollar pruebas que sirvan para medir los cambios biológicos en el cerebro, la sangre o el líquido espinal y con ellos podrá diagnosticarse el alzheimer en estadios más tempranos.

Varias compañías están trabajando en compuestos para identificar cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer en tomografías por emisión de positrones (TEP). Como explica Creighton Phelps, de la División de Neurociencia del Instituto Nacional de Envejecimiento, "algún día los biomarcadores probablemente reemplazaran a la ciencia forense".

Actualmente los médicos forenses buscan en el cerebro marañas de la proteína beta amiloide y en la proteína tau para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo recientes estudios demostraron que las personas pueden morir con mucha placa y marañas en su cerebro y aun así tener una función cognitiva normal. "Sabemos de personas que mueren con cambios de Alzheimer en su cerebro pero no tuvieron demencia", ha comentado Phelps. Según las guías propuestas, los pacientes que tienen problemas de memoria causados por la enfermedad serán diagnosticados con alzheimer o en los casos menos graves, con deterioro cognitivo leve (DCL) debido a demencia por alzheimer.

El término enfermedad de Alzheimer será usado para referirse a los cambios subyacentes en la patología, dijo Phelps. "Habitualmente todo se ubicaba en una gran fuente común, pero las condiciones no son equivalentes". "Uno puede hallar algo que no coincide con lo que la persona experimentaba en su vida", añade. Phelps indicó que la demencia puede estar causada por muchas dolencias, incluida la enfermedad vascular, por lo que es importante ser claros sobre qué es lo que está causando el problema.

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