Sandra Melgarejo. Madrid
La Sociedad Española de Neurofisiología Clínica (Senfc) lleva tiempo presentando denuncias en diversos tribunales autonómicos para pedir que se determine la exclusividad del neurofisiólogo en la realización de técnicas como la electromiografía, la electroencefalografía, los estudios de sueño o los potenciales evocados.
Ángel Luis Guerrero.
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“Los neurólogos y la Sociedad Española de Neurología (SEN) creemos que no es una competencia exclusiva de los neurofisiólogos, en absoluto. Hay neurólogos en hospitales de todas las comunidades autónomas que llevan a cabo todas o parte de estas técnicas con calidad, con éxito y con una consideración excelente por parte de los pacientes y de los médicos que las solicitan”, defiende Ángel Luis Guerrero, vocal de Política Estratégica de la SEN. Además, añade el neurólogo, “un especialista tiene las competencias que marca el Plan Nacional de su especialidad y tanto el Plan Nacional de Neurología como el de Neurofisiología contemplan la posibilidad de hacer esas pruebas”.
Guerrero explica que “todas las veces que los tribunales han entrado al fondo de la cuestión han determinado que no hay un conflicto competencial entre Neurología y Neurofisiología, y que son técnicas que pueden hacer ambos especialistas de la misma manera porque figuran en el plan de ambas especialidades”, como ha ocurrido recientemente en Asturias.
Las respuestas favorables a la Senfc han surgido cuando ha prevalecido el silencio o el doble silencio administrativo, lo que da lugar a una respuesta positiva, como ha sucedido en Cantabria. “Teóricamente, cuando hay un resultado favorable a raíz de un silencio, la Administración sanitaria debería ejecutarlo. Eso ocurrió hace unos meses en Madrid y la Administración entendió que no tenía sentido, que era irrealizable, nada práctico y que daría lugar a molestias y gastos, por lo que el Consejo Consultivo decidió anular el procedimiento”, detalla el vocal de la SEN.
Según Guerrero, si la Administración realmente aplicase las sentencias favorables, “todas las comunidades tendrían que desplazar neurólogos y llevar a cabo nuevas contrataciones de neurofisiólogos, algo impensable en el momento actual”.
“No tiene ningún sentido cambiar a golpe de sentencia cosas que están funcionando bien en la inmensa mayoría de los hospitales desde hace mucho tiempo. Estoy convencido de que la mayoría de los neurofisiólogos contemplan con tanta perplejidad como los neurólogos esta batalla en la que se ha enfrascado su sociedad”, opina Guerrero.
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