Redacción. Madrid
El estrés psicofísico, junto con la ansiedad y la depresión, son factores de riesgo de padecer un accidente cerebrovascular, según un trabajo de investigación realizado por un equipo de neurólogos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry.
De izda. a dcha., las investigadoras Beatriz Roig, Isabel Graciani, Rosa Herrero, Teresa Garay,
Patricia Simal, Olga Castillo y José A. Egido.
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El equipo de investigadores liderado por José Egido y el equipo de Enfermería de la Unidad de Ictus del Servicio de Neurología del hospital llegó a estas conclusiones tras evaluar a 150 pacientes adultos y con una edad media de 54 años, que habían ingresado en la Unidad de Ictus de dicho centro, y a otros 300 personas sanas y de la misma edad, residentes en la misma zona.
El estrés crónico que se manifiesta con síntomas físicos y/o mentales en respuesta a factores de estrés que duran más de 6 meses, se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. Sin embargo, su impacto en el riesgo de accidente cerebrovascular no estaba claro, por lo que el citado equipo de investigadores decidió estudiar este punto y para ello evaluó el estrés crónico a través de las puntuaciones combinadas de cuatro escalas validadas: los acontecimientos vitales estresantes, síntomas como la ansiedad y la depresión, el bienestar general, y los patrones de comportamiento indicativos de personalidad tipo A, según la Escala de Recuerdo de Conductas tipo A.
Factores de riesgo biológicos y estilo de vida
Los participantes en este proyecto de investigación fueron evaluados también respecto a los factores de riesgo biológicos conocidos para el accidente cerebrovascular, como son la diabetes, hipertensión, colesterol alto, antecedentes de alteraciones del ritmo cardíaco y la somnolencia diurna; y se les interrogó sobre su estilo de vida, incluyendo la cafeína, el alcohol y la ingesta de bebidas energéticas, así como si fumaban, tenían una pareja y trabajo.
Analizados conjuntamente, los parámetros de medida del estrés incrementan el riesgo de ictus independientemente de la existencia de factores de riesgo conocidos y hábitos poco saludables. En comparación con el grupo control sano, el riesgo de un accidente cerebrovascular fue casi cuatro veces mayor entre los que habían experimentado un evento asociado a estrés importante en el año anterior.
Asimismo, una puntuación alta en la Escala de Recuerdo de Conductas duplica el riesgo de ictus, al igual que una historia actual o anterior de fumador y el consumo de dos o más bebidas energéticas al día. Además, aquellos pacientes con alteraciones del ritmo cardíaco tienen tres veces más probabilidades de padecer un accidente cerebrovascular y los que presentaron una somnolencia diurna alta casi triplicaron su riesgo. Siendo un varón, el riesgo es nueve veces mayor.
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