Redacción. Madrid
Investigadores del Laboratorio de Neuroinflamación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han descubierto cómo el sistema endocannabinoide se activa de forma muy temprana tras una lesión medular para contrarrestar el daño y mejorar la función neurológica.
El grupo del laboratorio que dirige Eduardo Molina.
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La investigación, que consiste en un estudio realizado en ratas complementario a otros anteriores, se ha publicado en la revista científica internacional PLoS ONE. Como explica Ángel Arévalo Martín, responsable del estudio, “la médula espinal responde a una lesión activando el sistema endocannabinoide como un mecanismo de defensa, para limitar el daño”.
Los endocannabinoides son moléculas que las células sintetizan a partir de sus membranas celulares y que ejercen multitud de funciones en el organismo tras unirse a los receptores presentes en la superficie celular (receptores conocidos como CB1 y CB2).
En el año 2009, el Laboratorio de Neuroinflamación del HNP ya publicó que el sistema endocannabinoide, compuesto por moléculas, receptores y sus enzimas de síntesis y degradación, se activa localmente tras una lesión medular y, en 2010, que la administración del principal endocannabinoide (conocido como el 2-araquidonilglicerol) reduce el daño medular.
En el estudio actual, los investigadores han observado que la activación del sistema endocannabinoide ocurre antes de lo descrito en el citado trabajo del 2009 (a las pocas horas después de la lesión) y que su bloqueo provoca más daño y peor recuperación funcional.
Trascendencia terapéutica del estudio
Respecto a las implicaciones terapéuticas que puede tener este trabajo, Arévalo comenta que “abre la puerta a la posibilidad de frenar la lesión potenciando la respuesta de la médula para protegerse a sí misma”. “En este sentido, nos planteamos ensayar tratamientos farmacológicos basados en suprimir la degradación de los endocannabinoides, para aumentar localmente su concentración y el tiempo que puedan estar actuando”.
Los investigadores avisan de que, aunque el nombre del sistema endocannabinoide deriva del hecho de que los receptores CB1 y CB2 son las dianas sobre las que actúan los compuestos psicoactivos de la marihuana (cuyo nombre científico es Cannabis sativa), no recomiendan el consumo de estos compuestos a ningún paciente porque, como matiza Arévalo, “los resultados de éste estudio se limitan a la fase aguda, a los primeros días después de la lesión”.
Sobre si el sistema endocannabinoide podría ser también una diana terapéutica en fases crónicas, Daniel García Ovejero, coautor del trabajo, comenta que “en el estudio que publicamos en 2009 observamos que hay una segunda activación del sistema endocannabinoide en fases crónicas”. Según García Ovejero, actualmente estamos evaluando si esta segunda respuesta podría estar implicada en procesos de reparación y ser, por tanto, susceptible de manipular con fines terapéuticos”.
El director del Laboratorio de Neuroinflamación, Eduardo Molina Holgado, explica que desde un punto de vista farmacológico, administrar compuestos que inhiban la degradación de endocannabinoides tiene una ventaja frente a la administración exógena de los mismos: “favorecemos su acción allí donde se estén sintetizando más, como ocurre en una lesión medular. Si los administramos exógenamente, estaríamos actuando de forma más inespecífica sobre todo el organismo, lo que puede resultar en más efectos secundarios”
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